1. El ejercicio mejora la circulación
La gente que hace ejercicio periódico fortalece todo el cuerpo y mejora la circulación de la piel. Gracias a que el corazón bombea con más fuerza, incluso los capilares más pequeños (los vasos sanguíneos minúsculos de la piel) reciben más sangre. Por eso, la piel tiene un color más rosado y más fresco, a la vez que se fortalece el sistema inmunitario del cuerpo. Un efecto secundario positivo: las inflamaciones, que son comunes en la piel con imperfecciones y propensa al acné, se curan con mayor facilidad y se presentan con menor frecuencia.
2. El ejercicio proporciona más oxígeno
Las personas que hacen ejercicio absorben más aire con el tiempo, literalmente. Porque la cantidad de aire que inspiran aumenta. Con el tiempo, incluso puede duplicarse. Por eso, lo mejor es hacer ejercicio al aire libre, lo más limpio que se pueda.
Aspirar más aire significa que el cuerpo recibe más oxígeno. La cantidad de células sanguíneas aumenta, el corazón trabaja con más eficacia y los órganos reciben más sangre. La presión sanguínea mejora, al igual que la vitalidad de los vasos sanguíneos y de los tejidos. Y, por supuesto, este efecto también es bueno para la piel.
3. El ejercicio reduce el estrés
Los estudios más recientes indican que el estrés y la piel grasa con tendencia al acné se influyen mutuamente (más información aquí). Así que no se debe subestimar el aspecto psicológico de la piel grasa con tendencia al acné, ya que el estrés negativo puede provocar que la piel sea más susceptible a presentar inflamación y, por lo tanto, granos.
Por otro lado, el ejercicio reduce el nivel de las hormonas del estrés en el cuerpo de manera natural. Puede relajarse con más facilidad, y eso también es bueno para la piel.
4. El ejercicio "limpia" el cuerpo
El ejercicio de por sí nos hace sudar. Pero es bueno, ya que el sudor tiene un efecto positivo: abre los poros y el exceso de sebo y la suciedad se eliminan de manera natural.