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La piel corporal puede llegar a sensibilizarse por varios motivos, desde factores medioambientales como la fluctuación térmica hasta desencadenantes internos como cambios homonales. También puede aparecer en cualquier lugar del cuerpo y es importante comprender que la "piel sensible" no es anormal ni es siquiera una enfermedad.

Si bien no existe una cura real para la piel sensible, puede ser tratada y minimizada a través del hecho de conocerla. Efectivamente, es posible abordar el proceso mediante el conocimiento de su "lenguaje" junto al de las causas de la piel sensible y los estímulos que pueden empeorarla.

Signos Y Síntomas

Cómo reconocer la piel corporal sensible

La flexibilidad y la elasticidad de la piel sana son mantenidas por su función de barrera natural, que la protege frente a elementos externos y limita el exceso de pérdida de agua. Para esta función es esencial un nivel ligeramente ácido, con objeto de apoyar la piel en la descamación o desprendimiento de la misma y defenderla frente a factores agresivos diarios, como contaminación, microorganismos externos y alérgenos.

La piel sana tiene una función de barrera natural que limita la pérdida de agua y protege las capas subyacentes frente a los irritantes.

Entre los síntomas resultantes destacan:

  • Descamación
  • Enrojecimiento 
  • Irritación 
  • Aspereza

Se acompañan de sensaciones invisibles, como:

  • Picor
  • Pinchazo
  • Ardor
  • Sensación de tirantez
Los dorsos de las manos con función de barrera deteriorada son propensos a la sensibilidad.
Según las estimaciones, alrededor del 60% de las mujeres experimentan sensibilidad en el cuero cabelludo.

Si los síntomas no se afrontan, puede suceder que la piel llegue a resecarse y agrietarse en cualquier lugar del cuerpo. Incluso zonas de piel de gran tamaño como las que se encuentran en brazos, piernas, escote, hombros, codos, pantorrillas y rodillas, son vulnerables y la sensibilidad puede desencadenarse por duchas calientes, productos corporales agresivos, exposición al sol, sudoración durante la práctica deportiva o aire acondicionado.

Algunas zonas son más propensas a estos efectos. Entre ellas destacan el dorso de la mano, donde un fallo en las secreciones necesarias para mantener la función de la barrera cutánea equivale a una menor protección frente a las influencias externas. El lavado regular con jabones alcalinos daña también significativamente su pH natural. El deterioro de la función de la barrera puede dar lugar a la aparición de reacciones de sensibilización, que causan dermatitis de contacto, una inflamación que aparece en forma de ampollas, sequedad y grietas.

El cuero cabelludo a menudo es propenso a la sensibilidad, y alrededor de 60% de las mujeres y el 40% de los hombres experimentan síntomas, entre los que destacan enrojecimiento, tirantez y picor. Cada vez es mayor el número de pruebas a favor de que las microirritaciones partipan en la sensibilidad del cuero cabelludo. Descubre más acerca de los síntomas y las causas de un cuero cabelludo sensible.

La piel en la zona íntima difiere de la piel de otras partes del cuerpo en que tiene numerosas barreras para protegerla. Si éstas se afectan, por ejemplo, por una limpieza excesiva, la piel puede llegar a ser vulnerable al picor, el malestar e incluso a los microorganismos externos.

Los cambios debidos al estiramiento cutáneo, a través del embarazo, el aumento de peso o los brotes de crecimiento, pueden dar lugar a la aparición de estrías, que pueden ser también muy sensibles e irritarse fácilmente. Lo más probable es que aparezcan en las mamas, el abdomen y la parte superior de los muslos. Lee más acerca de la piel en diferentes partes del cuerpo.

Aunque otros procesos cutáneos comparten síntomas similares, sus causas y sus soluciones son diferentes.

El pecho es propenso a las alergias solares, a las que responde con enrojecimiento y picor.
La creación de nuevas aquaporinas ha sido demostrada in vitro a través de la acción del componente activo glucoglicerol.

Las alergias solares pueden provocar enrojecimiento y picor en la piel. No obstante, es probable que estos síntomas se acompañen de ampollas o vesículas, pústulas y erupciones elevadas. Las zonas más afectadas tienden a ser la cara inferior de los brazos, las palmas de las manos y el pecho. Estas alergias son relativamente corrientes y se deben a la radiación UV. Otro factor implicado puede ser el filtro solar. Lee más acerca de las EPL y otras alergias solares.

La piel deshidratada es prácticamente piel sana que carece de humedad debido a una disminución de aquaporinas o canales basados en proteínas, que controlan la transferencia de agua dentro y fuera de las células. La creación de nuevas aquaporinas se ha demostrado in vitro a través de la acción del componente activo Glucoglicerol.

Los síntomas de la piel seca pueden variar desde la aspereza hasta la descamación y el enrojecimiento. En general, se acompaña de picor intenso. Igual que la piel sensible, la piel seca puede aparecer en cualquier lugar del cuerpo; sin embargo, es especialmente corriente en las manos, los pies, las rodillas y los codos. Está causada por un déficit de sustancias fijadoras de humedad o "factores hidratantes naturales" (FHN), especialmente la Urea.

La piel deshidratada y seca puede volverse también sensible, lo mismo que otros procesos y enfermedades cutáneas.

Si estás inseguro/a acerca del tipo de proceso cutáneo que presentas, nuestro test cutáneo te puede ayudar. Pero debes consultar con tu médico o dermatólogo para un diagnóstico formal.

Causas Y Desencadenantes

¿Qué propicia que la piel corporal llegue a sensibilizarse?

Sistemas protectores naturales

La piel tiene cierto número de sistemas naturales en funcionamiento para protegerla y mantenerla sana. En su superficie hay una película hidrolipídica compuesta de agua, ácidos grasos y lípidos. Tiene un pH de aproximadamente 5, que es ligeramente ácido y protege a la piel frente a invasiones de microorganismos externos y agresiones alcalinas, por ejemplo, procedentes de jabones. Neutraliza las sustancias alcalinas utilizando las llamadas sustancias tampón, que aseguran el restablecimiento y la estabilidad del equilibrio acidógeno.

La película hidrolipídica se sitúa sobre la parte superior de la capa más externa de la epidermis, conocida como capa córnea o estrato córneo. Se compone de lípidos y células que, conjuntamente, forman una barrera permeable. Presenta también un pH medio de 5, que mantiene:

  • La descamación natural de la piel
  • La formación de una barrera
  • El funcionamiento óptimo de las enzimas cutáneas.

Todos estos sistemas dependen de una actividad enzimática que acelera las reacciones bioquímicas, manteniendo la piel húmeda y lisa y protegiéndola frente a agentes irritantes. No obstante, en la piel sensible esta actividad se inhibe, lo que da lugar a una pérdida excesiva de agua y a la penetración de sustancias irritantes a través de la piel.

La capa córnea (estrato córneo) constituye la capa más externa de la epidermis y protege al cuerpo frente a sustancias externas.
La piel en la zona íntima tiene un pH diferente que en el resto del cuerpo.

Este es especialmente el caso donde la piel es más delgada que en cualquier otro lugar del cuerpo, por ejemplo, en el dorso de la mano. Un número reducido de glándulas sebáceas proporcionan menos sudor y lípidos para constituir la película hidrolipídica. La exposición a un amplio espectro de estímulos significa que las manos pueden resecarse muy rápidamente y llegar a ser muy sensibles.

La piel en la zona íntima es también diferente a la de otras partes del cuerpo. Tiene una capa ácida protectora más acidógena, con pH entre 3,5 y 5 antes de la menopausia. Este valor es mantenido por bacterias beneficiosas conocidas como lactobacilos, que inhiben el crecimiento de gérmenes patógenos mediante la producción de Ácido Láctico. Un cambio en el pH puede dar lugar a irritación, picor, sensación de ardor e infecciones.

Causas internas de la piel corporal sensible

Los cambios hormonales pueden afectar a la resistencia cutánea frente a los irritantes.
Las duchas o los baños excesivos pueden secar adicionalmente la vulnerable función de barrera de la piel sensible.

  • Mientras que la piel sensible puede aparecer en cualquier edad, es sobre todo prevalente en la lactancia y la edad avanzada. En estas dos estapas de la vida, la piel es más delgada y la función de la barrera menos eficiente, lo que puede dar lugar a un desequilibrio del pH y a un incremento de la pérdida de agua. Es especialmente probable que la piel del bebé se vuelva sensible en los pliegues cutáneos y alrededor de la zona íntima. Lee más acerca de la piel en diferentes edades.
  • Los cambios hormonales debidos al ciclo menstrual, el embarazo, la pubertad y la menopausia pueden afectar a la resistencia cutánea a los irritantes. Por ejemplo, en el embarazo es corriente la formación de estrías, que pueden llegar a enrojecerse y doler.
  • Procesos cutáneos diferentes pueden acompañarse de sensibilidad a los irritantes; entre ellos destacan el  enrojecimiento y picazón de la piel  y la sequedad cutánea.
  • Análogamente, es probable que personas que sufren de alergias experimenten también sensibilidad cutánea debido a la penetración de polen a través de la piel.

Causas externas de la piel corporal sensible

El tiempo frío puede dañar la película hidrolipídica de la piel y, en consecuencia, desencadenar sensibilidad.
Ciertos medicamentos pueden hacer que la piel sea más sensible, si bien se trata de un efecto temporal.

  • La exposición a la humedad baja y al aire frío incita al cuerpo a conservar el calor contrayendo las vasos sanguíneos en la piel y vaciándola de la muy necesaria humedad. La piel puede llegar a secarse y descamarse fácilmente.
  • Las temperaturas y la humedad elevadas hacen que el cuerpo produzca más sudor, que se evapora resecando la piel.
  • Se ha demostrado que los radicales libres generados por la radiación UV, el ozono y los contaminantes ambientales debilitan las defensas naturales de la piel, haciendo que ésta se reseque y se irrite. Descubre más acerca de los factores que influyen sobre la piel.
  • Tratamientos médicos, como la radioterapia y los antibióticos, pueden sensibilizar la piel. Además, los antibióticos dañan a bacterias beneficiosas como los lactobacilos.
  • Los jabones y detergentes convencionales no sólo eliminan las partículas de suciedad lipófilas sino también los importantes lípidos protectores de la piel, dando lugar a un desequilibrio del pH y a irritación cutánea.

Factores Contribuyentes

Estímulos que incrementan la sensibilidad cutánea

Además de los desencadenantes que causan sensibilidad cutánea, hay numerosos estímulos que exacerban luego el proceso. En relación con un brote puede ser difícil aislar un factor determinante individual.

Ciertas telas como la lana pueden hacer que la piel sude, dando lugar a un exceso de pérdida de agua.
La sobreexposición a ciertas sustancias químicas puede exacerbar los síntomas de piel sensible.

Las telas sintéticas ceñidas pueden hacer que la piel sude más, propiciando un exceso de pérdida de agua especialmente en la zona íntima.

Las manos en particular pueden estar en contacto con una serie de sustancias químicas, tanto en el trabajo como en el ámbito doméstico. Por ejemplo, los peluqueros, los constructores y los trabajadores industriales pueden entrar en contacto con ácidos, sustancias alcalinas y disolventes en el curso de sus actividades cotidianas.

El uso regular de productos hidratantes y limpiadores con pH alcalino rebasa la capacidad neutralizante de la piel, haciéndola vulnerable a irritantes. Los agentes tensioactivos (surfactantes), como el laurilsulfato sódico pueden lesionar las estructuras de los corneocitos y deteriorar la barrera de permeabilidad. Como consecuencia, la piel puede resecarse.

El contacto prolongado con agua incrementa diez veces la permeabilidad de la piel incluso sana, a través de la pérdida de los factores hidratantes naturales (FHN) de la piel, así como de sus lípidos de superficie.

En algunos casos, la fricción puede incrementar la sensibilidad a través de la pérdida de lípidos de superficie. Esto puede variar desde frotar la piel seca con una toalla hasta utilizar fricciones y esponjas exfoliantes agresivas.

Soluciones

Aliviando y reduciendo la piel corporal sensible

Previniendo recurrencias

La imprevisibilidad de la piel sensible significa que, en muchos casos, las soluciones giran más en torno a la prevención que a la cura.

Utiliza siempre un protector solar formulado para piel sensible.
Después de ducharte, date toques suaves sobre la piel hasta secarla, con objeto de evitar daños ulteriores en la barrera cutánea.

La protección de la piel frente a los rayos solares puede contribuir a reducir la sensibilidad. Es preferible evitar el sol por completo entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde, así como vestir ropas protectoras. Esto es especialmente importante tratándose de niños menores de 3 años. Elige un protector solar exento de irritantes, como perfumes. Aplícalo generosamente 20 a 30 minutos antes de salir al exterior y vuelve a aplicárselo cada dos horas.

Ajusta las pautas de limpieza diaria limitando el tiempo que pasas bajo la ducha o en el baño y utiliza agua tibia en lugar de agua caliente. Evita las fricciones corporales y, para secar la piel, date toques en lugar de frotar.

Elige ropas confeccionadas con tejidos naturales, en lugar de sintéticos. Esto es sobre todo importante para prevenir las infecciones en la zona íntima.

Cubrirse las manos puede ayudar a protegerlas frente a sustancias nocivas; considera el uso de guantes cuando entres en contacto con surfactantes, detergentes y otros agentes irritantes.

La investigación da a entender que la ingestión de una dieta variada, rica en alimentos antioxidantes, puede ayudar a mantener la piel sana. En esta alimentación se podrían incluir frutas y verduras amarillas y anaranjadas, verduras de hoja verde, pescado, especialmente salmón, y nueces. Lee más acerca de los factores que influyen sobre la piel.

Ayudando a que la piel se defienda a sí misma

En la piel sensible la actividad enzimática está frecuentemente inhibida, dando lugar a un deterioro de la función de la barrera. La investigación ha demostrado que cierto número de componentes de origen natural pueden ayudar a estimular las enzimas para reiniciar la protección del cuerpo. Entre estos componentes, destacan los siguientes:

  • Dexpantenol: Derivado de la vitamina B ayuda a  estimular la regeneración cutánea. Además ayuda a  fortalecer la función protectora natural de la piel manteniéndola sana y flexible. Este principio activo es también conocido por ayudar a  contribuir a acelerar el proceso de renovación de la piel.
  • Glicerina: Absorbe y fija agua, ayudando a contribuir a hidratar la piel.
  • Tampón de Citrato pH5: Restablece el pH natural de la piel. Como resultado, las actividades enzimáticas de la piel pueden regresar a la normalidad y el equilibrio sano se restablece.

Los aceites vegetales puros, naturales, como los aceites de Almendra y Jojoba, contienen Ácido Linoleico, un ácido graso insaturado que ayuda a  fortalecer la función de la barrera natural de la piel. Si se aplican por medio de un masaje regular, pueden ayudar a incrementar la elasticidad de la piel.

Eligiendo productos para el cuidado cutáneo

Pon atención a componentes activos como Dexpantenol y Glicerina, que actúan por debajo de la superficie cutánea.

En el momento de elegir limpiadores, hidratantes y otros productos para el cuidado cutáneo dedicados a la piel sensible, es importante evitar los que contengan irritantes, como colorantes. No obstante, más allá de esto, para que un producto sea verdaderamente efectivo tiene que actuar no sólo en la superficie de la piel sino también por debajo. En la piel sensible deben considerarse también los productos con efectos persistentes demostrados.

Como parte de un ciclo de acción preventiva, puede ayudar el uso de un limpiador muy suave para las duchas frecuentes, seguido del uso diario de una loción o aceite de la línea Eucerin Piel Sensible, en el que se combinan los principios activos DexpantenolGlicerina para contribuir a activar la defensa natural de la piel.

En caso de cuero cabelludo sensible, elija un champú suave que contenga surfactantes extrasuaves, como Eucerin DermoCapillaire pH5 Shampoo.

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