¿Existen distintos tipos de piel?

No experimenta mucha sequedad ni produce grasa en exceso; tampoco presenta mucha sensibilidad o enrojecimiento. Casi no se generan imperfecciones en ella pero requiere de cuidados para mantener el balance. Para mantener una piel normal o equilibrada, asegúrate de seguir una rutina constante que respete su equilibrio natural y evite cambios bruscos en el entorno o hábitos que puedan alterarla.

Sus poros pueden ser notablemente visibles debido a su dilatación y su aspecto es constantemente brillante dado a que produce sebo en exceso; puede ser provocada por estrés, cambios hormonales o toma de medicamentos. Para cuidar la piel grasa, enfócate en mantener una rutina que controle el exceso de sebo y prevenga la acumulación de impurezas, sin comprometer su equilibrio natural.

Tiene una producción baja de aceites naturales y no retiene humedad de forma adecuada. Puede presentar placas rojas o descamaciones. Mantener la hidratación cutánea y sellar la humedad, podrían mejorarla. Asegúrate de seguir una rutina que enfoque en mantener la hidratación y la protección de la barrera natural de la piel.

En ella, puede haber zonas grasas y secas, por ejemplo, la zona T, conformada por nariz, mentón y frente, podrían presentar mucho sebo, mientras que las mejillas podrían estar secas. Puede presentar comedones o imperfecciones. Para el cuidado de la piel mixta, busca un equilibrio en tu rutina que atienda tanto las áreas secas como las grasas, manteniendo una piel uniforme y saludable.